Protestas contra la policía en Colombia. ¿Qué está pasando? ¿Cómo nos afecta?
María Camila Gómez, Sofía Molano Alegría.
En las últimas semanas el país ha tenido movimientos y protestas sociales en contra del uso de violencia excesiva por parte de los policías hacia los ciudadanos. Estas manifestaciones fueron motivadas por la muerte de Javier Ordóñez, un abogado que murió tras abuso policial en Bogotá. Ordóñez fue golpeado por varios agentes hasta quedar en un estado grave y morir horas después en el hospital al que fue llevado. Como consecuencia de este asesinato, varios ciudadanos salieron a las calles para denunciar este tipo de agresiones y exigir al gobierno justicia para los implicados. Se quemaron estaciones y carros de policía, se vandalizaron las calles del país y los uniformados fueron sujeto de golpizas por los mismos ciudadanos. Es evidente que la manera en la que la policía colombiana actuó en el
entre protesta pacífica y vandalismo. Es importante resaltar que el gobierno tanto distrital como nacional aceptó esta falla dentro de la institución policial y le pidió perdón a las familias que perdieron miembros importantes por estos hechos. Aun con las disculpas y las promesas, las protestas continuaron y nuevamente con violencia.
Creemos que no hay manera de exigir un cambio si la forma de hacerlo es con más violencia. ¿Adónde nos lleva eso? Además de agrietar la relación entre la comunidad y la policía, el país tendrá que invertir 15 mil millones de pesos en reparaciones para estaciones de Transmilenio y los 206 buses que fueron vandalizados. 15 mil millones de pesos que serán invertidos en arreglar el daño que dejó el vandalismo… 15 mil millones de pesos que pudieron haber sido invertidos en la educación, en la ciudad y sus tantos proyectos, y en tantas cosas más que podrían haber incluido los cambios en estas instituciones.
Nosotras creemos que estos hechos no nos llevan a ningún lugar. La policía nacional no tiene por qué abusar de la violencia y la ciudadanía está en todo su derecho de protestar siempre y cuando no se cruce la línea y se convierta en vandalismo, ya que al final, esto solo estanca al país en vez de hacerlo evolucionar a la Colombia que aspiramos ser algún día. Lo que deberíamos aprender de este tipo de eventos es que uno debe ser la diferencia y que ningún cambio se logra si uno lo hace por medio de la violencia.